No podíamos regresar a Barcelona sin probar una de las recomendaciones gastronómicas que nos hizo Gourmet de Provincias (mil gracias Gourmet!!). Así que para despedirnos de Galicia fuimos a comer al restaurante Pepe Vieira en Sanxenxo.La carta del Pepe Vieira es sencilla. Dispone de dos menús, uno de mercado, por unos 24€ y otro degustación, más "caro" pero mucho más completo, 47€ (magnífica RCP). En ninguno de los dos menús faltaron productos típicos de la zona como la raya. Como norma general no suelen servir menús distintos en una misma mesa, pero con nosotros hicieron una excepción. Además, nos sirvieron un tercer menú infantil con croquetas para Alvariño (el sobrino, no la uva).
Pero nosotros, como es tónica general de este blog, nos centraremos más en los vinos que en la vianda.
La carta de vinos de Pepe Vieira es muy amplia, pero aun más amplia es la bodega de Xoán Cannas, quien dirige el comedor, mientras su hermano, Xosé Cannas, se encarga de los fogones. De hecho tienen dos cartas de vino, una exclusiva para los vinos gallegos y otra con una selección de vinos nacionales e internacionales. Pero como os decíamos, en la carta no está todo, ya que dispone de vinos y añadas que ni siquiera figuran en ella.
Nosotros, para romper con la "monotonía" de tanto albariño, nos decantamos por un riesling del 99, del elaborador alemán Markus Molitor. Este vino nos acompañó durante gran parte de la comida y cuando ésta tocaba a su fin, pedimos consejo de nuevo a Xoán y le hicimos una demanda algo complicada que él supo resolver con gran facilidad. Estábamos buscando un vino que nos ayudara a terminar la comida, pero que también pudiera acompañar los postres. La recomendación fue un ejemplar que ni siquiera figuraba en la carta, un vino dulce austriaco de Kracher.Markus Molitor Zeltinger Deutschherrenberg Spätlese Riesling Trocken 1999 (Mosel-Saar–Ruwer. Qualitätswein mit Prädikat, QmP)
Se trata de un Riesling alemán de la bodega Markus Molitor, originario de la región vinícola comprendida entre las cuencas de los ríos Mosela, Sarre y Ruwer, los dos últimos afluentes del primero y el primero del Rin (Rhein en alemán).El cultivo de la vid en estas latitudes se remonta al S.IV d.C., sin embargo la riesling, la variedad a la cual deben su fama los vinos del Mosela, no fue introducida en la región hasta la Edad Media.
Las características principales de Mosela-Sarre-Ruwer, las que hacen que sea posible el cultivo de la vid aun siendo la región vinícola más septentrional de Europa, son en primer lugar un suelo de pizarra oscura que funciona como "calefacción", acumulando el calor que recibe del sol durante el día para irradiarlo a las cepas durante la noche y mitigar los efectos de las heladas nocturnas. Otro factor muy importante en estos vinos son los ríos en sí mismos y el hecho de que las cepas estén plantadas en empinadas pendientes alrededor de los meandros que trazan éstos; la humedad del agua fluvial y las primeras nieblas de otoño hacen posible los vinos con podredumbre noble, la botrytis cinerea, muy característicos de esta región.
En zonas donde resulta difícil conseguir una maduración óptima de la uva se intenta conseguir una buena concentración de azúcar mediante otros procedimientos: vendimias tardías, pasificación, podredumbre por botrytis cinerea o, como con los Eiswein, mediante la congelación de la cosecha en la cepa. No hace falta decir que el azúcar tiene que ser natural y que en los Qualitätswein no está permitida la chaptanización de los vinos.
El vino que probamos en Pepe Vieira era un Spätlese Riesling Trocken QmP (Qualtätswein mit Prädikat, Vino de calidad de denominación especifica), de vendimia tardía (spätlese), pero vinificado en seco (trocken).
No hicimos una cata propiamente dicha, pero sí nos acordamos de la complejidad e intensidad de sus aromas. Cabe destacar que se trataba de un riesling del 99 que se encontraba en su cénit. Actualmente en el mercado ya se puede encontrar el 2005.
Kracher Cuvée Auslese 2003 (Lago Neusiedl, Burgenland. Austria)
Alois “Luis” Kracher es el alma de la bodega. En los años 80, dejó su carrera como químico para volver a su tierra natal a cultivar las viñas de su padre, en cuyo enorme potencial creyó profundamente y acertó. La finca de la familia Kracher se extiende alrededor del Lago Neusiedl, situado en el extremo más oriental de Austria que sirve, a la vez, como frontera con Hungría. En el viñedo predominan las variedades blancas y entre ellas destaca la Welschriesling, variedad del este de Europa, muy cultivada en el Burgenland austriaco donde se obtienen con ella los renombrados vinos de Neusidlersee, vinos dulces enriquecidos por podredumbre noble. Las condiciones climáticas especiales que se generan alrededor del lago Neusiedl propician la aparición de la podredumbre noble por botrytis cinerea y gracias a ella se elaboran magníficos vinos dulces. El lago atenúa la sequía del verano y, en otoño, favorece la formación de nieblas vespertinas que se irán deshaciendo lentamente según avance el día. Su presencia evitará que la alternancia entre calor y humedad sea demasiado brusca, lo cual sería desastroso para la uva, ya que entonces la podredumbre gris secaría completamente la uva y afectaría negativamente tanto al rendimiento como a la calidad de la cosecha.El vino que nos acompañó hasta el final de la comida, fue el Cuvée Auslese 2003, un vino blanco dulce enriquecido por la acción de la botrytis. Este Cuvée Auslese (auslese literalmente significa selección en alemán, pero en este contexto indica que es un vino elaborado a partir de la selección de uvas afectadas por brotitis) es un coupage a partes iguales de Chardonnay y Welschriesling. Un vino con una nariz muy intensa, que en boca se presentó dulce y fresco a la vez, gracias a la acidez que le aporta la Welschriesling. Un magnífico dessert wine que se puede encontrar a un precio muy competitivo en botella de 3/8.
(Alcohol: 12,1 % vol, azúcar residual: 91,5 g/l, acidez: 7,2 g/l)
Tras los auténticos cafés de puchero y un poco de charla llegó el momento de pedir la cuenta. Cuando nos la trajo, Xoán nos dijo que nos invitaban al segundo vino, el Kracher, por que según nos dijo él mismo, les había sorprendido los vinos que habíamos pedido y les gustó que les diéramos salida. Los vinos de Pepe Vieira son variados y selectos, pero seguramente los clientes no se deben fijar demasiado en los vinos extranjeros, ni quizá tampoco en muchos de los nacionales, aunque los precios sean realmente competitivos. Como ejemplo, se puede encontrar todo un moscatel como el Molino Real por 35€, cuando nosotros lo compramos en diciembre del 2003 por 36€ y “aun así” –nos dijo Xoán- “no lo vendo.”
Seguimos un rato más disfrutando de la compañía de Xoán. Nos habló ampliamente sobre los emergentes vinos gallegos. Nos explicó como había aumentado la producción de uva de forma espectacular en los últimos años (vean los datos de producción de la D.O. Rias Baixas) y que, por fin, últimamente se ha empezado a trabajar seriamente y de forma más generalizada por la calidad.
Restaurante Pepe Vieira
Plza. Constitución, 2. 36960 Sanxenxo (Pontevedra).
Tel: 986 691 749.








